martes, 30 de agosto de 2016

 Obsesiones.




TRASTORNOS.





Buscaba colores para expresar su extrañeza por el texto encontrado en el arcano de Mallarmé. Pensaba que no era apropiado a su estado virginal, consagrado a Dios y con votos de pobreza y castidad.  Sin embargo, sabía que conciliaría el sueño si escribía:

-         Las tetas sin cabeza son lo mismo que la velocidad sin volante: pasaporte a la muerte con la sonrisa en los labios.


No tardó en pintar un verdinegro en el alma, y dar la media vuelta para descansar.
Homenaje a los protagonistas de la novela EL CIELO ES AZUL Y LA TIERRA BLANCA. Una descripción muy sutil del proceso que va del enamoramiento al amor, que son sentimientos diferentes.  






Los amantes
     -Cuando he llorado siempre siento frío
      - Maestro, no se volver a casa.







Su mundo era el silencio. Buceaban en sus mares de coral
Cuando se miraban.
Se querían y rompieron todas   las barreras  con los gritos
Del tacto, camino del corazón.
Y colgaron a la muerte en el vuelo del cerezo, muertos de risa.
Y sin palabras, entendían los cantos de las setas, el sabor del sake,
La angustia del enfado y el amor de la ausencia.

Sin roturas, cuerpos de cristal, se respiran y viven. 
Saben que huellas y pasos, apuestan,

 Encienden su alma cuando, en silencio, caminan.

miércoles, 24 de agosto de 2016




Lo dice el poeta Toño Benavides en el libro GRAN SUR:  España    suena    huérfana    de    tabiques como     el    esqueleto    de    una    acordeón   .... Banderas   de    plástico     en    jirones  ....  Es decir,  los poetas no viven ajenos al dolor popular por tanto desaliento. 



YA LES VALE

¡Bárbaros de chocolate!…  ¡Ya les vale!. Suaves cual pelusa y
con  ideas sin palabra, caminan a la sombra contra la esperanza
sin identidad. Aprovechan la penumbra y las maquetas
para llegar a los cimientos y socavar, qué ironía, la firmeza
de la convicción: ladrones con los dedos de millón, son liebres
tras los podencos en  la justicia de  papel: ministros del señor,
visten de armiño  la codicia  para succionar la sangre
de la confianza, en bandeja de plata por amor: el voto
de la pobreza   y los hijos de la necesidad: nosotros,
los Pedro Rojas, hombres de viento y  hambres de papel.

¡Ya les vale y ya está bien!  Vestigios de la Historia,
ánimas y fantasmas de almidón, golfos, nos robasteis
la dignidad cuando un fuese y no hubo nada, campea
en  canción de manada de lobos que husmean  la carnaza
en sus correrías por almas y plazas de España.

¡Ya os vale, próceres sin condición, padres falsos
de la patria. Sois la vergüenza con nombre  por cuatro
rubias  de nada,  calderilla en pesetas  que son limosnas
del pobre de ayer, hoy y de  mañana: el tiempo que os corroe,
como el oro, las entrañas. Pillos sin patrimonio, hijos
pródigos, indignos hijos de España, cuánta miseria
aportáis para vivir como dios, en la mierda  de la casta. 

domingo, 21 de agosto de 2016

 Las dos Españas, sin remedio, nos helarán el corazón.




LAZARILLO


¡Aquel niño! Aprendiz de español, prófugo de la inocencia y
fruto de la maldad que engendra la miseria y  el hambre de sus amos,
 recorres España , la historia y sus puntos cardinales, las trochas
de las mentiras  fruto de la mezquindad en el camino a la madurez.
Mi Lázaro, Lazarillo, hurgas las entrañas de los vampiros
cuando tras el ansia infantil, recabas su vesania, la inquina y
avaricia como madre de sus almas: juguetes  insaciables, son
padres del expolio, succionan en silencio la sangre, rotos
por la pasión.  Perros de presa para el silencio que vive en la cruz
del día sin pan sin  centeno  en el hielo sin amor, son hijos
del euro sin dolor, ajenos al cinismo  de la vida y sus partos
con plegarias  de impotencia: saben de la ropa oscura que viste
la democracia cuando nos llega el halo de tu inocencia.

Ya ni el calor de la cama para tanta deshonra como nos peina
cuando nos hablan de impuestos, sonrisas  y lágrimas: flácidos
en sus partes por tanto gozo en las sisas, pavonean sus mentiras
como simples escuderos que limpian, cánidos, la sonrisa con
el polvo de sus creencias: matemos a  la gente y ande yo caliente. 

Nos queda, sin embargo, tu espíritu de lucha, sin recursos que arañar,
para sostener la dignidad. Y  del ámbito en suerte que nos
 toca vivir,  son cuatro ríos y diez picachos con cuatro árboles
quienes acogen los sorbos del cáliz que nos ofrece la rabia
por la indecencia del Rajoy y su corte de pícaros, grajos
sin color y familia: dráculas del dolor en la historia que se repite,
por siempre para siempre, en el alma con tu nombre, Lázaro:
he aquí a tus hijos, úngenos de paz y cómete, por dios, las uvas de la ira. 

sábado, 20 de agosto de 2016

El otoño no es decadencia; por el contrario, es el tiempo de la resurrección por medio de los sentidos y de la luz, la palabra y el color. 


HOJAS DE OTOÑO


En el viaje, en el largo y venteado viaje, las hojas de otoño,  hilos de  esperanza para el tacto de la vida.

Cráteras del sueño en el diván del deseo, resucitan los fuegos con roces tenues y  colores,
víctimas del amor ajeno a la memoria.

Son esencias, puras esencias
Que alimentan, propias, la sangre del tiempo.
Asideras firmes,
Oníricas hojas de otoño.

viernes, 19 de agosto de 2016


Serpentina


En los vestidos de mis palabras, 
a escondidas, entre algodones
van  los trazos de mi alma. 

martes, 16 de agosto de 2016

¿Qué fue la transición en este país, España, si no una histérica liberación sexual como remedio al analfabetismo tan arraigado y profundo de nuestra sociedad? Con tus señas de identidad y las secuelas correspondientes en el alma, eres el retrato perfecto para el viaje a ninguna parte.





Analfabeta

Analfabeta  del amor, de los nombres de tu cuerpo
ya nadie  recuerda ni  se acuerda. Y opacos
tus sentidos, no son espejo ni figura.
De ninguno  queda huella ni rastro del montón
de palabras que me costó entrar en la pirámide
de tu corazón: roca de papel sin reciclar,
fue aquello un viaje sin tinta, paisaje
sin figuras con manos de metal para su escritura.

Todo lo más, bendita, si algo en la memoria,
la muesca del recuerdo con tu nombre
en la culata de una sonrisa, cual revolver
arrumbado en el desván de la memoria.
Herrumbroso y desvencijado, en falta
la identidad de unos dedos, serás nada
de nunca y menos del mañana. Y si no
lo sabes,  cielín, das pena: más vale que cambies
cada esquina de tu cuerpo por un kilo de ternura.

lunes, 15 de agosto de 2016

Arguelles fue un político asturiano del Ss. XIX que estuvo exiliado en Londres. Por medio de Nadia, la limpiadora rusa que está en Oxford trabajando, me llega este romance sencillo que se encontró en la biblioteca de esa universidad entre un fajo de papeles que una filóloga española, hija de un comunista exiliado en Rusia por la guerra civil española, desempolvó.  Digitalizados, Nadia me lo remite para mi consideración.  



Carrapiellos

Allí  cantabanlu todos,
Incluidos los pequenos
Cuando de escuela venían
Saltando por los senderos.

Recibieronlu de boca,
De boca de los abuelos
Que lu supieron de siempre
De  boca de sus ancestros.

El casu ye que la historia
Pasaba de los veneros
A les fuentes  que nel pueblu
Alivian a los sedientos:
A los que tienen memoria
Y sentaos nos tayuelos
Calecen al pie del llar
Al mor siempre del fuego.

Alli taba la guelina
Con la historia pa los nietos
Mientras quel guilu  dejaba
Al garabetu bien puestos
Los dientes que le faltaban,
Rotos en aquellos cuestos.

Y mientras la guela yos daba
Farines paquella cena
Cantaba llena de pena
Con sones de la alcazaba:

Ella yera una cristiana
De los montes de Muñon,
Pariente de aquellos condes
Del castillo de Gozón.
Tenía, pues, buen linaje
Y mejor el corazón.
Yera el caprichu del padre
Yera pa él una flor.
Y yera  la voz que tenía
El canto del ruiseñor.

La desgracia vino sola
Por el río del Pontón
Con los barcos que llegaron
De aquel  moro,el muy traidor, 
Que buscaba les manzanes
Pa les tartes del señor.

Cuando   llegó sigilusu
Al rabión Santumaero
Que nun dejaba pasar
Ni les truches más cimero,
Pensó que perdía el día
Sin botín como pretexto.

Cuando taba cavilando
Y casi desengañeu,
Vio cruzar medio asusteu
Una sombra  caminando.

Mandó a los sus soldados
Traela  ya, de inmediato
Pa llevala, como fuera,
De prueba pal califato:
Sabía de los caprichos
Del Alaken, el hijastro,
Por las mujeres del norte,
Las de Muñón sin recato.

Y como taba en la esquina
Un primu de la doncella,
Garraronlu pa con ella
Pa nun sentise solina.

Un nietucu saltarín
Con les farines na boca,
Preguntai a la so guela
Por el nombre de la moza.

Llamabase, la prubina,
En cristiano y por ahora
¡ay! Sonia la de Gozón,
Princesa de muncha monta:
Con  ojos de caramelo
Y los manos de cristal,
Y con la risa en los dientes,
Yera digna de mirar.
El primu que foi con ella
En el barco,por la mar,
Yera tambien  agraciéu
Como el frisnu del Cordal.
Y llamabase Josín,
De talla más que normal.

Ya en  tierra de sarracenos,
Con el calor del verano,
Según dice la leyenda,
Entraron en el palacio
Con la tristeza en los ojos
Y con la suerte en los manos:
Con el correr de los días
 Que van faciendo  los años,
 decíase  nes leyendes
que trajeron los soldaos
que allí dejáronlos ser,
por méritos  persobraos,
 los príncipes del amor,
modelo de enamorados.

Pasaron penalidades
Y supieron ser esclavos
Como los fuertes y  bravos
Que vencen dificultades.

Supieron en el  palacio
Navegar les torrenteres
Con el genio de asturianos
Y superando les penes.

 Foi él quien salvó al califa
En la oración de los jueves
Del acero de un traidor
Vendíu a los nuestros reyes.
Desde entonces fue la sombra,
Tan segura como siempre,
Que tenía que cruzar
El camino de la muerte
Pa llegar al corazón
Del príncipe berebere.
Llegó a ser el  capitán
De la guardia de los siete
Que pagaban con  la vida
Si por desgracia ocurriese
Lo que munchos deseaban
Por les envidies internes:
Quitar al padre del medio
Pa  poner al hijo imberbe.

Lo único que pedía,
Pa compensar  el peligro,
Era tener en sus ojos
La sombra, como testigo,
Del  amor,  un clavo ardiente,
De la paz el enemigo:
Soni tenía de nombre
Y ella era el motivo
¡Ay ¡de tantas osadías
Como pedía el destino.

Y cuenta la tradición
Que Josín y Sonia fueron,
En Córdoba la lejana,
Las torres de muchos vientos
Para un amor sin palabras
En los estribos del tiempo,

Tan breve como un suspiro
 Tan suave como un recuerdo
Tan fuerte como el abrazo
Que para morir se dieron.

Están en la tumba xuntos
Por siempre ambos parejos.

Fue entonces cuando la guela,
Casi llorando, tapaba
El cuerpín del so nietucu
Que ya en la fueya soñaba
Que los barquinos de oro

Tenían remos de plata.

domingo, 14 de agosto de 2016

Estos versos, sin más, de Muñoz Rojas:



Tengo la suerte de tener labranza y amigos,
brazos abiertos, es decir, familia,
suelo de los míos, es decir, pasado.



Mis topónimos






En el tiempo y los parajes donde habito, en Reconcos, ajeno al compás y al cartabón, los jardines, manchas disformes y dedos sin  flores para  el amor del tacto, escucho las mil palabras en las bocas que fueron vértices de la memoria, contra el olvido. Eran todas  pasión o impotencia, estación de viacrucis con sus cirineos o peldaños de vida contra la muerte y su improvisada sonrisa para ser la presencia infinita. En este ínfimo espacio, las bocas que fueron en tiempos son la mía cuando hago con su nombre por herencia y la sangre que los conmina a ser recuerdo, esquinas de la vida. Fitónimos hijos del agua o hidrónimos, que riegan tantos epónimos, son alma y resumen de codicias hasta nuestros días que se repiten como victoria contra el tiempo: Ramoniz y Les Meloneres,  cual curva de Litordo ¿en qué boca fue su primer balbuceo? Como la mía y mañana, un paisaje y los colores del orpín, un corazón hecho alfombra en las nubes de papel, anónimo y para siempre, como ahora.     

viernes, 12 de agosto de 2016

 Este país, España, como entonces, es un lugar atrapado en un tiempo primitivo. Sin remisión posible.




En Quevedo.



          … y no halle cosa en qué poner los ojos


Todo es corrupción y belleza en las ruinas de
la inteligencia: olisquear  el proceso que propicia el silencio
cuando los muros pierden los dientes por la edad
 y la flacidez de las encías, es regocijo de la tiranía:
el camino más corto para el nepotismo de la mentira,
 la ruta del poder que se alimenta del miedo  y
 la indiferencia. ¡Tanta anatomía para un esqueleto
que se muere por la acción de los deshielos
que convoca tanta ruindad  como gobierna
la historia de este país, España, con alma de lapin.!

Sin sombras en los campos, trillados por la necedad y
su imaginación, el cuerpo de la miseria con el nombre
de Caín ramonea en los brotes que son fuegos y
almas en tiempos de Torquemada: esbirro de la piedad,
despojos y cárcel  son las cuentas de su rosario.

Siempre fugitivos, ahogados por el aire y la palabra,
con raíz en la impotencia que marchita  los
paisajes y sus horizontes, frontera de la nada,
hacemos torva la mirada y en campana de cristal,
vivimos  un circo de lágrimas  con  carpa de cínicos
que hacen suya la madre y maestra mía, la triste,
espaciosa España: terracota mal cocida por el fuego

del futuro que nace sin pasado  y carece de mañana. 
Como comentario, cuánta sabiduría para expresar con tanta sencillez los más ocultos valores que tenemos por ser conscientes de lo que somos: animula vagula blandula ... ¡Dios mío, Dios mío!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


A N I M U L A



La presencia en la ausencia es por  la palabra. Este recurso del pensamiento evita la desaparición y el olvido. Y más cuando sabemos que el lenguaje permite, por la reflexión, hacer vida de las cenizas. Y cuando las palabras no alcanzan, para eso está la poesía, cual hilo de Ariadna. Para incluir en páginas  de la vida lo que los ojos no ven ni roza  el tacto  ni el corazón  recita en salmodia a lo divino: animula vagula blandula …“Animula, vagula, blandula / Hospes comesque corporis / Quae nunc abibis in loca / Pallidula, rigida, nudula, / Nec, ut soles, dabis iocos…” “ Mínima alma mía, tierna y flotante / huésped y compañera de mi cuerpo / descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, / donde habrás de renunciar a los juegos de antaño.”

Amor constante más allá de la muerte, corazón.

lunes, 8 de agosto de 2016

Con palabras de EPICTETO, en cualquier circunstancia se crece interiormente si se tiene la inteligencia que permita sacar partida de ella. Como esta cavorna-pecio que nunca pensaba que sería ejemplo de fortaleza después de años arrumbada en una esquina de la mata. 



El pecio de Les Meloneres.



Centenario, con mil lunas  a tus  espaldas, retenías
la vida con tus raíces cual esperanza  blanca que mana
de la longevidad del tiempo. Navegante fiel en tierra firme,
nunca ni las ventiscas que los rayos visten de luz y color
te pusieron de rodillas  para humillarte. Y  fiel a los  ancestros,
fuiste hermano de la corra  donde se maceran en el interminable
invierno, los frutos contra las hambres, guardián el erizo
que se abre a les morgaces como al amor de su vida, aquellas
manos firmes y seguras  por  la subsistencia. Sin bromas,
los llantos de unas bocas tiernas mordidas por el vacío
de la nada y sus picores irracionales, te arañaban
la sombra hasta lo más profundo del ser, hasta
donde el silencio rompía las  aguas de tu  soledad.

Y  como  siempre, sin apellidos. Leal con los otoños  y el viento 
que los mecía con su voraz apetito, nombres y herencias
te arrullaron mientras ellos se amaban hasta llegar
a mi corazón. Indiferente a tu vida y su trayectoria,
eras la vieja cavorna, arrumbada y desatendida.

 Cuando,  de repente, una historia  en color, llena
de palabras y ensoñaciones,  te hacen presencia y servicio:
entre  nobles cipreses y robles milenarios,   hijos  del pincel
 y del mañana, resucitas y hablas con tus fieles para decirles,
cual pecio por la edad cansado y  con ánforas de silencio
que hablan de tu dignidad ... para decirles , desde Les Meloneres,
que nunca mueren los árboles que están en pie.

sábado, 6 de agosto de 2016





Cantiga de amigo.

                       Furia color de amor
                       amor color de olvido


Se de muy buena tinta                                         
Que te rompió el corazón
Cuando pasabas el río
Caminito del amor.

Dulce amiga y compañera,
Niña de negros cabellos,
Con   fuentes que siempre manan                           
Colores entre tus dedos,

Siempre tendremos caminos
Y puentes para deseos
Y nidos con muchas aves
Que nos entregan sus vuelos:

Águilas  para tus cuadros,
Para tus ojos cuquiellos.
Para mis manos raitanes
Y para el luto, los cuervos:

Son aquellos que nos dicen
Que la vida es un infierno,
Cuando seguros estamos
De que  el arte con sus truenos
Es barco con  muchas velas,
-Y con solo dos remeros-
Que Busca siempre destinos
Que le marcan nuestros sueños.

Se de muy buena tinta
Que te rompió el corazón
Cuando pasabas el río
Caminito del amor.

jueves, 4 de agosto de 2016



 Un viejo amuleto para una vida de magia. 




 NARVÁEZ




Hubo un tiempo y un libro; y hubo un nombre y un mito; imprecisa la memoria, en busca de las palabras que ayuden para el  recuerdo, tu nombre,  en la portada de un libro, con vivos colores y  el autor - Don Benito-, es tea que te desdibuja, sin historia,  en mi vida; del todo ajeno a los múltiples  órdagos de tu periplo vital, fuiste amuleto, sin embargo, en los trasiegos todos que mis pasos  marcaron. En el principio, eras el libro, inasible a la inteligencia;  eras la devoción por la fantasía que abría la puerta contra las miserias de la incomprensión: por supervivencia, sin saberlo,  suponía que más allá de las durezas de las manos con hambre y sin sentimientos, había hálitos de vida que serían siempre una liberación. Adolescente impuro, cual fetiche, Narváez,  cuánta esperanza en tu arcano nunca desvelado, nunca holladas tus páginas por mis dedos encadenados a un sino más bien marcado. Fuiste conmigo hacia luz y  hacia la vida, en silencio y sólo presencia permanente. Una caja de música con el sonido del tiempo.

Y como entonces, en el 65 de mil novecientos, llegamos juntos al 16 del año dos mil, con menos brillo en tus hojas y el mismo de siempre en mis ojos: de un 23 de agosto a un final de julio, 50 años después.  Y para ser otra vez talismán, un vuelo breve y todas las semillas ocultas en tus entresijos, serán aroma y perfume del recuerdo que mañana anidará en otro corazón.

Sin olvidar al tío Nicasio para dar veracidad a mi historia. El  me confiaba  cuando la envidia corroía las palabras de quienes decían amor que era pedradas; sin embargo, para mi alma asustada  era el  afecto y el apoyo con las caricias,  y la moneda que me dio el libro,  Narváez. Para el imaginario de entonces que es un presente con historia, el  hombre y un mito: el tío Nicasio, disuelto en la niebla, afectiva ausencia.  

miércoles, 3 de agosto de 2016

También es bueno saber lo que  hay de verdad en la otra cara de la moneda. 





En el tanatorio


Aquí es la vida. Salvo las flores, que adolecen  de plástico
y de necrofilia, hasta la envidia tiene su hueco en  este desfile
de pantalón y chaqueta  simulados. Ósculos  teñidos
de colores y disentería  marcan los ritmos de las traiciones
y la hipocresía, las miradas no existen y todos los caminos
son lagrimones que riegan el silencio. Las manos son
las tenazas del dolor, y los clavos en rojo  del recuerdo
sujetan el odio con la palabra entre dientes y sus imperceptibles
sonidos de grajos en celo de mezquindad. La distancia es
avaricia que  muere según su peso en oro y sangre
en los cristales  por  la inquina de la sospecha, alma
sin fundamento y de corazón pétreo, ardua y difícil.
Con el hábito de la compasión, transitamos y  hacemos
vida con el disfraz del consuelo y la condolencia
para reciclar los  detritus que saltan de los poros
al circo y la simulación cuando sabemos que fue otro
quien alimenta la inmortalidad sin nombre
que espera en frío  para ser mortal y rosa y mañana.
 En el tanatorio, el sueño  es tránsito retenido, una pausa
y la seguridad de volver para empezar un  poema  lleno

de tiempo y los doscientos fonemas de una sonrisa.  
Confesonario.

La limpieza del alma sólo es posible cuando se hace con las palabras, y se ponen las justas y las necesarias, sin disfraces. Un ejemplo de esa cobardía social es la mistificación de la aldea.


LA  ALDEA
                                           Un lugar atrapado en un pasado primitivo
                                                                                                                G.Sand sobre Mallorca


Al  despertar,  la niebla envuelve los pensamientos del amanecer.
Los hace húmedos y desvaídos, cual pulpa de limón sin zumo,
para el desecho, mientras las pegas y sus  conmilitones son milicia
organizada en chopos y acacias o fresnos, en batalla permanente
y con la música monocorde de siempre, marcial y rutinaria.   

Son preámbulos o  los cornetines cual piquetas que disipan
las sombras que hicieron el silencio o las iras,  por  las sospechas
de quienes aúllan por la presencia de los siete pecados
capitales. Son ellos quienes visten, de rutina, las almas de la vecindad
con los trajes a  medida para su corazón. Sin embargo,   por la envidia,  
ninguno, por caridad, lleva el chaleco de la tolerancia; por el contrario,
a la hora de almorzar, los silabeos cortan en la lujuria del pan
todo el rencor que asfixia la limpieza de las miradas. Allí, todo
tranquilidad, ni la brisa orea las ventanas de la paz. Es todo Fargo
por la miseria y el vicio de amontonar;  y en cada esquina, una mota
de sospecha para la  sanguijuela que llevamos dentro y vive
de las palabras que roban a las vecinas las vocales de su niñez.

Inexorablemente y desde siempre, la quietud ahoga la
fantasía, la poca y triste capacidad de ver con el periscopio
mundos de azul y regueros de libertad: no existe. Tampoco la necesitan.
Esclavos del mediodía, su afán es el esfuerzo ingente y los sudores
que el hambre encama en los pliegues de su amor. Y únicamente
la tierra es consuelo porque retiene el tiempo como una maldición.
Aunque se repitan nombres que son  túmulos de papel, herencias y
ansias de toponimia donde  larga  vida tenga  el sudor.     

martes, 2 de agosto de 2016

Limpiaba en Oxford y escribía, a escondidas, en ruso ; sus textos, en el idioma original, los  dejaba en el tablón de anuncios más próximo que encontraba.Esta licencia que se permite como trabajadora le produce una profunda e intima satisfacción.  Se llama Nadia y me manda- no me lo explico- este poema. 




Mientras lloras, siempre te escribo.



Toda la tinta que tienen las letras de tu nombre me la chupan las arañas y las dejan vacías y sin aliento: tu.   Tampoco  puedo garabatear mientras te pienso  cuando sales de  correría. Y aunque andes por el cielo, colgada de las estrellas, con tus  ojos de palabras y huyendo por los temblores del miedo,  sin duda renqueas porque las víboras,  sí,  muerden  tu corazón.