miércoles, 14 de junio de 2017

Lo que no sea cultura, sensibilidad y razón con corazón, es escritura en el agua únicamente con los ojos del tacto.




Analfabeta


Analfabeta  del amor, de los nombres de tu cuerpo
ya nadie  recuerda ni  se acuerda. Y opacos
tus sentidos, no son espejo ni figura.
De ninguno  queda huella ni rastro del montón
de palabras que me costó entrar en la pirámide
de tu corazón: roca de papel sin reciclar,
fue aquello un viaje sin tinta, paisaje
sin figuras con manos de metal para su escritura.

Todo lo más, bendita, si algo de valor, para tí,
la muesca del recuerdo con el nombre
en la culata de una sonrisa, cual revolver
arrumbado en el desván de la memoria.
Herrumbroso y desvencijado, en falta
la identidad de unos dedos, serás nada
de nunca y menos del mañana. Y si no
lo sabes,  cielín, das pena: más vale que cambies
cada esquina de tu cuerpo por un kilo de ternura.

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