miércoles, 22 de febrero de 2017

El sueño, los sueños, son el recurso  de que disponemos para hacer verídico lo real: de mil nombres, uno solo  queda en el tamiz del alma que nos sirve para filtrar la vida por el recuerdo: el tuyo, tu nombre.







AVATARES
                  Me encanta la lógica de los sueños.
                                                                 David Lynch


¡Avatares de la vida! ¡Cuántos! Con la avienta en la era de palabras,
castellano  viejo, tantas fueron como el aire lleva. Casi
 fuego  y siempre memoria, cual madrinas del corazón,
eran  las flechas contra las sombras  y sus  zapateos.
Llenas de manos  con  lluvias y nieblas  en  la  luz
quemante de  los dedos,  y  con  pólvora  en los ojos
del ayer al mañana,  un día  y otro,  como  piedra
 contra el viento  por  la  araña del amor,  cumplían
el requisito de romper con el silencio que sustraen
 a la fugitiva imagen los chorros de la pasión:
¡ cuánta desmemoria para el candil del recuerdo!
Fueron nombres, siempre nombres,  con todas las inclemencias
que hacen del cauce el turbión con garras
para desgarrar el olvido. Imposible. Acechante
el miedo, hace con nosotros  la mitad  de las palpitaciones
que ciñen nuestra cintura de papel, la nada por  condición.
Queda, sin embargo, el sueño como juez
 para diferenciar: aunque teñidos  de viento
tantos besos como  brisas tiene el amanecer,
al final queda tu nombre como dueño de mi voluntad
 como el barco que escribe su estela en el mar.


  





martes, 14 de febrero de 2017



Manuscrito  del P. Damías, franciscano amanuense del monasterio de Santumaero.

                           
Nes calendes de xunetu
A la pena La Portiella,
Que llegó un día Nerón
Percanciando onde yaciera
Con Xana, la cazaóra,
Que triscaba las praeras
detrás d´un curciu laín
D´envidiosa cornamenta,

Cuéntalo´l fraile Damías
Afamáu, si lu hubiera,
Por llevar al so redil
A la donna de la tierra,
la xentil y bella Urraca,
Conocía por sos prendas.

Cuando,afanusu, cataba,
Testigos d´aquellas güellas,
Topó con un manuscritu
Escritu´n piel de cordera
Que falaba ´n paladino
D´aquella famosa guerra
Qu´hubo entre Xomezana
Col pueblín de Las Piñeras.

¡ Guasus,guasus! Esclamaba.
¡Virxen de la Macarena!
Que les agues tan fresquines
Del queríu ríu  Güerna
Baxaren tintes de sangre
De vecinos d´entre puertas,
Sólo tien explicación,
Sólo quiciá se comprenda
Si andara suiltu´l demonio
Sin moza que lu entretenga.

Tengo qu´estudialo bien
Y escribilo´n prosa lluenga
Pa poder yo predicalo
En octubre, pe la fiesta
 De Rospaso y de Tuiza
Que tamién catan pelea
Colos de suso, d´abaxo,
Nacíos nel mismu Lena.


Pos si bien estos nun tienen
La protección de La Tesa,
tienen derichu a que pastos
se den por más que nacencia.
Y si tengo que gastar
De les abeyes la cera
O comprailo a isi cazuilu
Del fíu de la mio Queta,
Yo trataré de dexa-yos
Bien claras las sos ideas
De que nunca pasa ná
Si alguna vaca manera
D´algún que nun ye d´aquí
Apaez en Pinos muerta.

Por ná d´isti mundu yo ...
Por ná del mundo quisiera
Qu´entre nosotros agora
Las madres de luto fueran
Como fueron, diz aquí,
aquellas que,percontentas,
a los sos fíos mandaron
a conquistar Las Piñeras
porque tenían de tóo,
hasta una carretera
qu´al emperador fixeron
pa llegar sin que punxera
ná más que los sos gueyinos
nel verdin, color de  menta.

Maquinaban los porrones
Cómo facer la estrocena,
Cómo llegar al llugar
Sin el barro nas madreñas,
Y cómo poder baxar
A la Puola las terneras
Pa que fresques y lozanes
Tengan allí bona venta

- Nun hai otra solución
Que tengamos carretera.

- Pero eso cuesta muncho,
Cuesta perres el facela.
Además estropìa práos
y les tierres de la sema.

- Lo meyor, dixo Primón,
Ye mandar los de Piñera
A que vivan más arriba
Nel mayéu la Texera.

Dicho y fecho; allá fueron
Con Primón a la cabeza.

-“Que tenían que marchar
Si querían o a la fuerza
pos ellos necesitaban,
por ser más y por grandeza,
de la so carreterina
qu´abría pa la meseta”,
espeto-yoslo de frente
con alguna displicencia.

Manolín el de Pacita,
El más viiyu de Piñera,
Contesto-yos,afoguéu,
Si suañaban o qué truena
Los había traspasao
Pa pedir, a la tremenda,
Qu´ellos fueran a vivir
Onde nun viven ni pegas:
-Eso faceilo vosotros,
Que si catais la manera
De vivir aquí por siempre
En sin que haiga pelea,
Prepara-yos a estos mozos
Vuestras muyeres solteras.

Hubo allí más que palabres
Por pensar que yera ofensa
El que Ritina y Pascuala
Se casaran en Piñera.

Cruzáronse bastonazos,
Anduvieron a la griesca
Y después de munchos años
D´esperase y de carreras,
De gastar lo que tenían
En comprar la ferramienta
Que sólo s´utilizaba
Pa cortar la sangre axena,
pensaron si merecía,
si merecía la pena,
haber baltao los puentes
y quemáo las cosechas.

Y empezaron les muyeres
A calentar las oreyas
De los paisanos na cama
Pa que dexaran aquella
Intención, tan repelente,
De marchar porque apenas
“tenemos quién vaya allí
Nun siendo ya cuatro vieyas”.

Y los otros, ya  cansáos
De sacar de las canteras
Piedres que tiren con armas
Que valían lo que cuesta
Poner a los dos pueblinos
Igual que taba Pompeya,
decidieron, en esquisa,
ofrece-yos una tregua
si acetaban de traer
tres copinos y dos guexas
llenos d´escanda y borona
pa poder facer la fiesta
que traiga de nuevo paz
a Xomezana y Piñera.

-¿Sabeis lo que se decían
Alreor de la foguera?
 Dixo el cura acaloréu.

- Que cuando hai una guerra
Los que llevan la tayá
Son los que vienen de fuera
A vendevos los consejos
De lo que a ellos no afecta.
Así que sacai leción
Y que ca ún se la aprenda:
Lo que vosotros sudais
Que nun riegue otras guertas.



martes, 7 de febrero de 2017

Sin la palabra, no hay mujer. No hay mujer sin palabras. 


Mujer muda.
          Homenaje a Aurelio Suárez



Enigma de la mujer: cremallera y silencio
la mujer muda: toneladas de opresión
y  física amarga, siempre en tu  vida
las flores pujan tu corazón. Inteligencia
en penumbra y mediocridad, dólmenes
oscuros son arpillera, pesadillas, cuando buscan
tu  vertical. Serpentinos, te acechan,
mastican la ternura. Y crueles, escupen
y vomitan  residuos, los tentáculos de la vida.
Te robaron los cristalinos con la peste,
el hambre, la guerra o  la muerte: apocalípticos,
se devoran.  Pájaros desplumados y sus roncos
graznidos, los hombres, arpegios, son almas
disolutas, ruinas y madres de la mezquindad.

Y tu, Mujer muda, impasible y  opaca, mil
Aurelios que te lloren en forma de sabanón,
serás pieza dislocada y cremallera, una forma
apagada, sin palabras, sin la punta de sal
que da sabor a la vida:  la luz y la gracia.





                                                    José Fernández.- 2014
Tan sencillo que no lo comprendías. 





Trece senderitos, madre,
Me salen del corazón.
Son como trece palabras
Que, juntas, tu nombre son.


Y salen las trece juntas
En busca de sus amados
Cuyos nombres entrelazan
Los dedos entre sus manos.

Sin miedo, las trece juntas
Juntas suben los collados
Y preguntan a las flores
Por las marcas de sus rastros
Y suplican a las aguas
Cuando beben de los caños
Que busquen en los veneros
De las fuentes los arcanos
Si tienen allí los nombres
Con las marcas de sus cantos.

Las trece  lloran ausencias,
En el monte desoladas
Porque el amor y las olas
Pierden  la forma en la playa:
Suplican mirando al cielo,
Las trece, al viento abrazadas,
Que les lleven sus gemidos
La música con sus almas.

Trece senderitos, madre,
Me salen del corazón.
Son como trece palabras

Que, juntas, tu nombre son.
   Claro que hoy sería imposible.




Cantiga de amigo.

                       Furia color de amor
                       amor color de olvido




Se de muy buena tinta                                         
Que te rompió el corazón
Cuando pasabas el río
Caminito del amor.

Dulce amiga y compañera,
Niña de negros cabellos,
Con   fuentes que siempre manan                           
Colores entre tus dedos,

Siempre tendremos caminos
Y puentes pa  los deseos
Y nidos con muchas aves
Que nos entregan sus vuelos:

Águilas  para tus cuadros,
Para tus ojos cuquiellos.
Para mis manos raitanes
Y para el luto, los cuervos:

Son aquellos que nos dicen
Que la vida es un infierno,
Cuando seguros estamos
De que  el arte con sus truenos
Es barco con  muchas velas,
-Y con solo dos remeros-
Que Busca siempre destinos
Que le marcan nuestros sueños.

Se de muy buena tinta
Que te rompió el corazón
Cuando pasabas el río
Caminito del amor.