sábado, 28 de abril de 2018


Esas imágenes que me regalas todos los días obligan a estas palabras. 






EL    A R A M O





De vértigo tu cuerpo calcáreo, lleno de vientos y de nombres, vives en palabras de piedra y de silencio; palabras con fatigas, de consuelo y esperanza. Y que son y serán hoy de mañana, para siempre. Tú, como un Dios que nos pone de rodillas, nos das el sol con el agua y los pastizales contra el hambre. Y como pastan tus nieblas que las fecundan, las vacas hacen sonidos y orquesta con graves y agudos, melodías. Entonces, como fueron y somos, también serás: en tiempos,  otros te invocarán y dirán su nombre que será en ti, un día,   sombra de  nube en tu  corazón.   

jueves, 26 de abril de 2018





Twit para el pueblo americano:









Es tan frágil  el universo como la palabra que está por decir.

miércoles, 18 de abril de 2018


Como un viento desnudo de alimañas.  




Un aire y  la pátina del tiempo.



¡Un aire! Como un aire. Ni pensamiento ni sentimiento.
Tampoco nombre ni la sombra de una palabra para hacer presencia
con tu recuerdo. Nada.  Como tú, está ahí, lo respiramos y nos traspasa
hasta el tuétano del corazón: es vida. Aunque no le vemos 
ni lo imaginamos, tampoco  lo hacemos ni luz ni agua o color.

Sin pasado, como un presente, eres un barco sin estela y sin horizonte.
Nada te sirve para encontrar el tacto y hacer los relieves
que necesita el amor: un fantasma que hace de la risa
un  Partenón o lo devaneos de los dioses
que nos viajan ocultos   como un deseo, invisible.

Y serás. Aquel pecado sin palpo,  hijo de la fantasía, sin forma
y con la letras vacías, es tu símbolo. Contaminación.
Aire viciado. ¡Qué  pena! Tan joven y ya sin empuje
para hacerte mujer, aunque siempre árbitro de tu soledad.  

domingo, 15 de abril de 2018





 E L   A R A M O

                        
                         Las montañas acentúan la calma pero no dominan los vientos. Stefansson[1]



[1] Jon Kalman Stefansson. Entre el cielo y la tierra. Pag.105. Editorial Salamandra. 

Hay  unos tópicos sociales y literarios establecidos  que diferencian a quienes habitan en la aldea  de quienes viven en la ciudad. Enumerarlos,para contrastar,  es decir una serie de tonterías porque ni la ciudad es tráfago asfixiante ni el pueblo es las paz a la que aspiran quienes  piensan que el karma es la ausencia de ruidos. Lo que los diferencia, a nuestro juicio, es una actitud vital que obliga  a usar el verbo VER para captar imágenes. Por el contrario, con  el verbo  MIRAR se diferencian símbolos. Como es normal, en la ciudad,  quienes transitan sus calles para ver y  cobrar la  pieza en un escaparate, las luces son el imán que acucia un deseo. Por el contrario, mirar la nubes que cuelgan del Aramo en pleno verano por quienes tienen una finca en eras para amontonar con posterioridad, leyéndolas,  saben perfectamente qué decisión tomar para evitar el posible  sofocón. Porque esta montaña en piedra, que emerge en el horizonte como una ola gigante que se alza, impasible,  sobre la vida y la muerte de quienes lo vivieron desde hoy hasta cientos de años atrás. Esta mole con forma de espada, con el corte mellado por los vientos, es un símbolo que nos ofrece todos los días, durante cientos de años, un catálogo de nubes cuya lectura, en tiempos,  era imprescindible para los pueblos  que nunca viven  a sus  espaldas. Leerlas era un saber tan arraigado que pasaba de generación en generación hasta nuestros  días,  cuando ya nadie ni siquiera las ve, con la excusa de un día de playa como previsión. Porque, para el recuerdo, en el Aramo,  hay nubes redondas, como algodón, de un blanco brillante un día de primavera sobre un cielo azul. Otras son de color gris o entre el día y la noche, al atardecer, las hay de carmín y de oro con ocasos inacabables.  Todas ellas nos cifran un mensaje aunque marchen lentas y pausadas o pasen rápidamente. Como aquellas color ceniza, que cubren el cielo y propician una sombra bajo el sol abrasador. Son las que avisan  de una tormenta en ciernes o las del otoño, con su luz opaca y tamizada que hace bellos los paisajes en la seronda. Esta sabiduría local, imperecedera, también desaparece cuando el Aramo deje de ser una vida en quienes lo saben mirar porque leen el alma de sus  espacios vitales. Para las siguientes generaciones quedará una tecnología que prevé nieve cuando ya nadie conoce  el significado de la palabra XARAZÁ .       

viernes, 13 de abril de 2018





P A S I Ó N ll


Si tú me arrancas los clavos
que punzan mi corazón,
yo te regalo unos ojos
para que veas mi amor.

domingo, 8 de abril de 2018





 EL CÍRCULO: contra la línea recta. 
                Mejor diríamos: Vivir es ver volver. Azorín.


En grado sumo, eres la vida sin tiempo:
en  silencio, como la primavera, recoges el color 
y  lo mimas, lo cuidas y proteges: esa flor,
gozo de los sentidos, un regalo que  es retorno,
siempre, y aliciente que fue y será, por ti,
alma del vivir que es volver: un reto. Que no se rompe
y resiste, como el brocal, a la  muerte y la finitud
que  rondan contra  tu  eternidad. Siempre abril
o los días y las marcas en piedra del reloj,
nos haces,   contra la línea,  hacia el mar,
el mástil de  Odiseo que  salvó  con  sus gritos
y  miedos, la necesidad de Ítaca como el imán
que busca  su partenaire. Allí un aroma suyo
hizo de Argos, su fiel, un final para empezar
y seguir , en Penélope, como nosotros,
el amor que tiñe el espacio de tu corazón.